
Gestionar un negocio que esté conformado por miembros de una misma familia puede resultar sumamente complicado si no se toman en cuenta ciertos aspectos que puedan facilitar la convivencia, tanto en lo laboral como en lo familiar. A continuación, te damos algunos alcances para que el negocio familiar funcione viento en popa.
En la comunicación está la clave
Puede sonar a cliché, pero mantener una buena comunicación es especialmente importante cuando en la empresa existen miembros de un mismo núcleo familiar. Establecer espacios de conversación en el que se acepte el intercambio de ideas y se respeten todas las opiniones es un gran desfogue de tensiones que, de no llevarse a cabo, pueden acumularse y ser un detonante en el futuro, incluso fuera del ámbito laboral, dañando a las familias y separando a sus miembros. Fomentar la comunicación en la empresa y respetar las opiniones de todos puede evitar conflictos en el hogar.
El trabajo se queda en la oficina
No llevar trabajo a casa es otra de las consignas para tener un negocio familiar exitoso y alejado de los problemas. Para ello, es necesario separar el ámbito laboral del familiar. Todos los integrantes de la familia que a su vez participan del negocio deberán tener muy en claro que lo que sucede y se discute en la oficina, queda en ella y que las diferencias y los problemas generados en el trabajo no deben interferir con la armonía familiar ni con las relaciones entre todos sus miembros.
Responsabilidades muy bien definidas
En las empresas familiares abundan los puestos “todistas”, es decir, aquellos ocupados por miembros de la familia que cumplen múltiples funciones, con la certeza de que nadie más que ellos lo podrá hacer mejor. Es por eso que se hace imprescindible establecer bien los puestos y las funciones a cumplir por cada uno de los miembros de la organización; además, que todos en la empresa tengan bien en claro quién hace qué. De esa forma, todas las responsabilidades estarán bien distribuidas y conocidas, evitando duplicidades, vacíos y malos entendidos.
Trabajadores remunerados, familia feliz
Otro de los errores más comunes en un negocio familiar es el de asignar funciones sin establecer de antemano el monto remunerativo que le corresponde al trabajador que pertenece a la familia, aduciendo que es parte de ella. Eso no solo genera conflictos entre todo el personal sino, también, una estructura de costos irreal lo que puede desembocar en problemas contables al momento de establecer los resultados económicos de la empresa. Los directivos tienen que saber que el familiar es un trabajador más, y como tal, tiene obligaciones que cumplir, funciones por las cuales deberá hacerse responsable y derechos que percibir por el trabajo realizado.
Un manejo adecuado de las emociones y mucha responsabilidad por parte de los miembros de la familia que participan del negocio permitirá que el negocio familiar prospere. A diferencia de cualquier otro tipo de organización, la que está conformada con personas que pertenecen a una misma familia merece un tipo de atención especial. Lleva a cabo estas recomendaciones y manejarás un negocio exitoso.