
Nos ofrecen productos o servicios que estamos casi obligados a adquirir debido a que son las únicas empresas que los ofertan o éstas pertenecen a un mismo grupo empresarial ¿Te suena conocida esta práctica? Los monopolios son situaciones de privilegio de aquellos negocios que, prácticamente, tienen acaparado un mercado específico de forma tal que no nos dejan otra alternativa que la de adquirirles a ellos sus productos. Esta práctica no está permitida debido a que, al no existir competencia, son ellos quienes determinan el precio y las condiciones, estableciéndolas a un nivel muy elevado. Veamos que implicancias tienen los monopolios en México y qué se está haciendo para evitarlos.
Los monopolios en México
En nuestro país, los monopolios están prohibidos desde la constitución del año 1917. Sin embargo, recién en el año 1992 se creó el primero organismo regulador de la competencia, a través de una nueva legislación. Luego, con el actual presidente Enrique Peña Nieto, se realizaron las reformas constitucionales en junio del 2013 en materia de telecomunicaciones y competencia, incluyendo a la Comisión Federal de Competencia Económica – COFECE como un organismo constitucional autónomo. Desde ese momento se intenta cambiar la realidad.
Un poco de historia
Luego de la revolución mexicana, se determinó que el estado tendría monopolios en algunos sectores específicos de la economía, como el de las comunicaciones y el transporte. Debido a ello, se generaron monopolios en la construcción de carreteras, el tendido de redes de electricidad, el servicio telefónico, de trenes y de aviones, entre otros. Según la constitución, era la única manera de garantizar el otorgamiento de ese beneficio a la ciudadanía. Posteriormente, las reglas cambiaron y se pusieron en boga los procesos de privatización de las empresas públicas. De esa manera se pretendía luchar con contra el monopolio generando el libre mercado y la competencia.
La situación actual
El proceso de transición de los monopolios públicos al libre mercado con la finalidad de generar competencia llevó, en la práctica, a pasar de tener monopolios estatales como la Comisión Federal de Electricidad o Petróleos Mexicanos, a monopolios en el sector privado. Sectores como el financiero, los medios de comunicación o la telefonía, son los que más han acaparado el interés de los capitales privados, poniendo en riesgo la libertad a elegir por parte de los consumidores. En la actualidad, la Comisión Federal de Competencia Económica es el órgano autónomo que tiene entre sus funciones vigilar, promover y garantizar la libre competencia en el mercado Mexicano.
Terminar con los monopolios genera muchos beneficios al estado y al consumidor. De entre todos ellos, el principal es que le permite gozar de una mayor oferta con el ingreso de nuevas empresas competidoras. De esa forma, los precios de reguladores bajan y la calidad mejora, debido al interés por parte de los negocios de mantener la preferencia del comprador y, por ende, incrementar sus ventas. También, evita las grandes concentraciones del poder económico y, de esa forma, minimiza el riesgo de corrupción.