
¡Qué tal jugadores!
¿Se han dado cuenta de lo importante que es para nuestro estado de ánimo recibir mensajes positivos a lo largo del día? La sensación que produce el recibir energías positivas tiene un efecto reparador en nuestra salud mental, optimiza nuestro desempeño y nos ayuda a enfrentar con mejor actitud los problemas que se presentan siempre. Porque sí, los problemas están y van a estar, siempre.
El entorno puede definir nuestro éxito
Quizás sea algo de lo que no somos del todo conscientes, pero la importancia de establecer el entorno con el que nos relacionamos, los grupos que frecuentamos y las personas con las que conversamos es un factor clave que puede definir, en gran medida, el éxito o fracaso de nuestros objetivos. Es así de simple; júntate con gente positiva, aquella que trasmite buena vibra y tu ánimo estará siempre por lo alto, lo cual repercutirá en tu desempeño. Júntate con gente negativa, aquella que siempre ve los problemas más que las soluciones y tu actitud estará por los suelos, sin ganas para avanzar y siempre pensando en el fracaso. Muchas veces es cuestión de decisión.
Buenas vibras, mejor desempeño
Tanto en el campo laboral como en el personal, dar y recibir buenas vibras va a ayudar a mejorar notablemente nuestro desempeño y el de los que están a nuestro alrededor. Una actitud positiva como consecuencia de interactuar con personas que logran ver y trasmitir el lado bueno de las cosas es fundamental para que el resultado de lo que estemos haciendo sea el mejor, siempre. Por ello, el emprendedor está en constante búsqueda para recibir ese tipo de energías que logra canalizarlas en beneficio de su salud emocional y, por ende, de su desempeño en todos los campos de la vida. Del mismo modo, es consciente de que su función también es brindar esa misma energía en beneficio de los demás.
El lenguaje como herramienta
Para comunicarnos con los demás usamos el lenguaje; ¿Somos realmente conscientes de lo importante que es saber utilizarlo correctamente? Si todo el tiempo usamos palabras con contenido positivo, asertivo, lleno de vitalidad y cuidando la forma en que las decimos vamos a poder trasmitir emociones positivas a nuestros receptores, mejorando el clima y, por ende, el desempeño de todos. Si por el contrario, utilizamos un lenguaje fuerte, negativo, derrotista y no cuidamos las formas, vamos a generar rechazo y sensación de malestar entre todos. De ahí la importancia de cuidar no solo lo que queremos decir sino también la manera en que debemos decirlo. Pensar lo que queremos decir, cuidar las palabras y definir el tono más adecuado para dar un mensaje positivo logrará un entorno sinérgico y ganador.
Intenta mejorar este aspecto de tu personalidad y construye un entorno triunfador. No solo lograrás potenciar tu salud emocional y la de todos los que te rodean sino, también, podrás desempeñarte mejor en tu trabajo, en tu hogar y en tu vida. Acepta el reto.